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Por qué nació Estación Rock?



Quienes me conocen ya saben de sobra sobre mi predilección musical por el Rock y el tiempo que le dedico a buscar más y más música y lo mucho que disfruto oírlo con volumen alto.

Han pasado ya 27 años desde que gracias a Enter Sandman y November Rain hicieron que me atrajera el mundo de las guitarras eléctricas.  Alrededor de 4 años después llegó mi primer CD: Kill 'Em All.  Luego de eso podríamos decir algo como "y entonces empezó todo".  Pantera, Megadeth, Marilyn Manson, Testament...  poco a poco empezó a crecer la colección de discos con los que cada vez me atrapaba más la estridencia y los gritos de cada canción que escuchaba de los que por turnos eran mis grupos favoritos.

En ese entonces lo de descubrir música nueva era muy limitado, claro, ya era mucho más fácil que en los 70s, pero para nada como lo fácil que es ahora.  Y vamos, para un preadolescente de 13 años, sin internet, sin presupuesto, se dependía de lo que los amigos tenían y conseguían, a veces en CD y la mayoría de las veces en cassettes grabados de discos que a algún amigo le habían prestado y de los que probablemente salían no pocas copias, lo que provocaba que cuando me prestaron un cassette con "La Sexorcisto" de White Zombie, definitivamente la calidad tan pobre contribuyó a que no me gustara.  O talvez pudo ser porque mi aún gran influencia católica hizo que el nombre y los riffs (porque de inglés no entendía casi nada) me dieran miedo.

Ahora las cosas han cambiado mucho. Y no sólo en que ya no me da miedo; tampoco en que ya no tengo el impedimento de tener que mantener el pelo corto y mi cuerpo libre de aretes y tinta y que por ello y mis playeras, ya quien me ve reconoce un rockero en cuanto me ve, sino por lo fácil que ahora es conocer más y más, lo fácil (dejemos lo legal de lado por un ratito) que es tener una gran colección musical en una desktop común y corriente y lo simple y entretenido que es pasar una noche encontrando verdaderas joyas de lugares tan distantes que hace 20 años ni me imaginaba que alguna vez podría escuchar.

Ahora es tan fácil comprar en línea un disco nuevo, ya sea en CD cuando a uno le gusta tener algo físico, como comprar una descarga digital en el tan común mp3 como en FLAC para los gustos más exigentes en calidad de sonido (ahora ya tener un CD es casi ser oldschool).  Ahora es tan fácil ver el video de un nuevo single en cuanto los autores lo cuelgan en Youtube.   Conocer música ahora es tan fácil!  Pero también por las mismas razones cada vez se puede conocer menos música. Aún en los 90s y principios del siglo 21 cuando uno podía echar mano de un buen disco era porque el grupo ya era decentemente conocido, si había disco (o cassette) era porque esos gringos ya estaban en algo, ya tenían contrato con Geffen, con Vertigo... con Sony!

Sin entrar en detalles del canal... si un grupo ya salía en MTv era porque ya era famoso!  Encontrar maquetas de grupos underground, desconocidos era porque eran de aquí mismo, grupos guatemaltecos que poco a poco iban buscando su espacio...  eran un Guerreros del Metal, eran un Sore Sight, eran un Noctis Invocat o un Sanctum.

Ahora, ahora los canales de difusión en la red son precísamente un caldo de cultivo de agrupaciones y artistas que están dándose a conocer.  Lo que antes requería un presupuesto elevado, mucho equipo costoso y tiempo de servicios profesionales que era imposible costear para un grupo que estaba luchando por darse a conocer, ahora cualquier integrante del mismo grupo lo puede hacer con una aplicación decente de edición de video y la grabación con un iphone o una consola mezcladora de 5 canales.  Y ya! con una conexión a internet el grupo ya tiene un video en Youtube y un paso más para que la gente los conozca.

Definitivamente en 27 años las cosas han cambiado mucho.  Y doy gracias por eso, porque por esos cambios ahora mismo estoy sentado escuchando algo que nunca había escuchado, conociendo la historia del cantante de uno de mis grupos favoritos y entendiendo la historia detrás del resultado que actualmente es Ghost.  Y me encanta eso. Me encanta poder alcanzar tanto, conocer tanto, apropiarme de tanta música.

Por eso es que hace casi 6 años nació Estación Rock, porque la enorme posibilidad de llenarme de toda esa música y toda esa magia que trae cada canción me hace querer compartir, querer hablar y dar a conocer que hay tanto!

Por eso es que ahora, después de más de 10 años de haber terminado mi primera carrera universitaria estoy metido embarcado en la aventura de sacar otra carrera, una que me permita acercarme más al mundo de la música que me gusta y que me permita seguirla llevando a todos lados y hacer que más gente la disfrute como la disfruto yo.



Por cierto, en 1991 cuando disfruté tanto los videos de Enter Sandman y November Rain en el difunto y glorioso Canal 25, mi primo me dijo que si quería parar vistiendo ropa con cadenas y puas por todos lados...  Ahora tengo piercings, tatuajes y pelo largo, pero no visto con cadenas y puas... 

De negro sí...




33º27'00''S 70º40'00''O

Siempre los viajes cansan, pero siempre hay algunos que se mandan de cansados...

Salí de Guatemala a las 5:12 am... eso quiere decir que estaba de pie desde las 3:30am para poder llegar a tiempo y evitar contratiempos.  Afortunadamente todo salió bien y el vuelo salió puntual y mi paso por los asuntos migratorios no tuvo sobresaltos.

La primera escala fué en Panamá, luego de 2 horas y 20 minutos de vuelo. Nada del otro mundo, una dormidita y un tránsito por el aeropuerto de lo más normal... Siguiente parada: Lima, Perú.  Allí se puso fea la cosa.

El tránsito por Lima, luego de otras 2 horas y media, era de 6 horas! eso es algo moderadamente bueno cuando se trata de aeropuertos como el de Houston, en el que las 3 horas que pasé allí hace un año y algo, se me fueron sin aburrimiento.  Pero en un aeropuerto que en el área de tránsito no se camina más de 300 metros...  esas 6 horas fueron eternas.

A todo eso se sumó un ligero malestar que aún persiste, que creo que se puede atribuir al cansancio, o al aire acondicionado en los aviones: ardor y dolor de ojos, dolor de cuerpo... espero que no sea más que eso.

En fin, pasaron las 6 horas, luego 3 horas y media en el avión más incómodo que he conocido (creo que talvez es porque ya se están borrando los recuerdos de los aviones de Cubana).  El arribo a Santiago fué a eso de las 9:30 de la noche, hora de Guatemala; hagan sus cuentas, y la llegada al hotel (pensión porque no creo que llegue a hotel) fué a eso de las 12:30

Fuera del cansancio, pues viene lo bonito... no he podido conocer mucho, apenas un día del cual pasé toda la mañana y parte de la tarde en el polígono de Tiro; así que en cuanto terminé de cenar me dispuse a conocer al menos las 8 - 10 cuadras que hay entre el hotel y el Costanera Mall.  Debo confesar que en la caminata se me fué bastante el cansancio.  Me encontré una ciudad muy ordenada, con una arquitectura que en una misma cuadra puede contrastar bastante entre lo antiguo y lo moderno, sin perder un equilibrio que la hace ver hermosa.  Jardines muy cuidados, calles amplias que aunque no son impecables de limpias, se ve que les dedican esmero.  Automovilistas que se conducen con respeto y peatones que cumplen con su parte.  
Me sorprendió ver que es una ciudad en la que mucha gente se mueve en dos ruedas y pedales.  Casco, tenis, pantalonetas, tubos portaplanos, mochilas con útiles.  Variedad de edades conduciendose con toda normalidad y tranquilidad en un entorno de respeto mutuo que ya quisieramos en nuestra Guatemala.

En todo el camino mis ojos se alimentaron de un ambiente de mucha tranquilidad, gente con rostros muy amigables, perros caminando al lado de sus dueños y vecinos en sus jardines llevando a cabo su rutina diaria de cuando cae el sol dándole la bienvenida la noche... Debo aclarar que yo salí a eso de las 8 de la noche y aún era de día, pero en el trayecto al Mall la oscuridad cayó precipitadamente, sin que eso menguara la vida y el movimiento en las calles.

Enfilado sobre la avenida Los Leones (nada que ver con una tal 5ta avenida de una zona 1) llegué al Mall y me encontré con un monstruo de concreto y vidrios, con un movimiento mayor al que había visto en todo el día, con parqueos para bicicletas en una de las aceras que eran custodiados por un policía específicamente dedicado a esa tarea....  cuándo veremos eso en nuestra ciudad?   y no me digan que ya se ve en el corredor que llega a la universidad, porque esas bicicletas que se quedan allí guardadas no son de los usuarios...  pero no quiero caer en líos políticos, así que sólo diré que en realidad me he encontrado con una ciudad sorprendente que me tiene ansioso por conocer un poco más de ella cada día.

Ajuste de cuentas

Y bueno, afortunadamente esa semifinal se ganó con facilidad.  Supongo que el haber escrito "Miedo" en mi teléfono, ya tirado en una colchoneta después de haber salido del problema del carro tirado tuvo que imprimir algo especial en el relato, algo que se transmitió a los lectores y tuvo su efecto positivo.

Creo que "Miedo" fué mi cúspide en ese concurso, me gustó mientras lo escribí y me gustó en cuanto lo terminé.  No tuvo casi ningún cambio en la revisión antes de enviarlo y aún me sigue gustando tal como está.

Ya estaba en el último peldaño, la final.

Hay que aclarar en este punto que durante todo el concurso, ninguno de los votantes supo el nombre del autor de ningún relato.  En un principio se publicó los nombres de quienes concursaríamos pero la autoría de cada relato se daría a conocer hasta terminada la final.  De esta manera se buscó que las votaciones se centraran objetivamente en la calidad del relato, su tema y su construcción, sin que algún votante se inclinara por una amistad sin realmente darle peso al relato.   No es descartable que algún concursante haya informado a sus amistades cuál era su relato en la respectiva etapa, pero afortunadamente, si hubo casos, no pesaron en el resultado final.

Como lo expliqué en la entrada anterior, la semifinal fué para mí el reto mayor, me hubiera dolido más quedarme tirado en la semifinal que en la final, y eso creo que se reflejó en mi tranquilidad para crear el último relato.  No sé si fué que me hubiera importado poco quedar en segundo lugar o si igual me hubiera puesto como la gran puta si eso pasaba, pero por alguna extraña razón ya me sentía muy relajado a la hora de hilvanar "Ajuste de Cuentas"

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Ajuste de Cuentas

El corazón palpitaba demasiado rápido mientras metió primera. Apretó los labios y volvió a encender el radio. Muy despacio sacó el pedal de clutch y presionó un poco el del acelerador, lo justo para iniciar la marcha sin pasar los 20 km/h. El semáforo siguiente se puso en rojo y su corazón no dejaba de querer salir por la garganta. A cuenta de qué estaba metido en esa situación? “Una cosa lleva a la otra”, dicen. Mientras pensaba uno a uno los nombres de santos que su abuela le enseñó, la patrulla se volvía a acercar a él; y el maldito semáforo todavía en rojo.
Sabía que había corrido con suerte porque a las 10 de la noche era demasiado raro que sólo pidieran su licencia y la tarjeta del carro, sin una revisión mínima del carro ni una linterna apuntando hacia el interior. Mientras detrás de él yacía una pistola.
“Era un delincuente” dirán muchos, pero eso a la ley parece ya no importarle.
Al fin el semáforo en verde, la patrulla se estacionó frente a un bar en cuya puerta había 4 borrachines discutiendo airadamente sobre algún tema muy importante para ellos.
Viró en esa esquina y comenzó a respirar un poco más despacio. Ya había pensado dar un par de vueltas antes de llegar a casa, pero estaba demasiado asustado y pensaba tirar el arma en el puente. La camisa con sangre salpicada sería su empaque hacia el fondo del barranco.
Aceleró más, mientras ensayaba la sonrisa con la que entraría a casa, le daría un beso a ella y tomaría un baño caliente tratando de ocultar todo el asunto. Le dijeron que no habría problema, que sólo era uno, que muerto él las extorsiones terminarían. Suspiró profundo mientras verificaba los puestos militares vacíos antes del puente.